Hubo una época, en la que decías que eras hombre cuando eras hombre, y no pasaba nada, porque así era. Si eras mujer, lo mismo. No había conflicto. Si eras homosexual, tenías que esconderlo. Y si eras lesbiana, por lo visto, ni existías… socialmente hablando, claro. No morían mujeres por violencia de género, porque no se retransmitía por TV. En esa misma edad, dicen quienes la vivieron, que no había libertad de expresión, y que no podías decir o pensar según que cosas, porque te metían en la cárcel por disidente. Pues de lo dicho, en esta era… es justo lo contrario.
Un artículo
de Miguel Lázaro
Ahora si eres hombre, y afirmas que lo
eres, parece que estés declarando la guerra porque molesta que lo seas.
Molesta, porque en tu ser de hombre, parece estar encerrado todo el mal
universal y eres, has sido y serás culpable y responsable de todo. Si dices que
eres mujer porque lo eres, no basta con ser, debes recibir un aplauso. Y no te
basta solo con ser mujer, tienes que serlo todo, tienes que tener de todo y
tienes que saber hacerlo todo, porque eres mujer y nadie puede ponerte una sola
barrera, ni decirte que no a nada, porque por ser mujer, tienes derecho a todo.
Ahora si eres homosexual, gay o
lesbiana, debes exhibirlo, visibilizarlo, mostrarlo a todo el mundo, para que
todos sean conscientes de tu valentía. Porque si eres gay o lesbiana, ya no
eres solamente tú, eres algo distinto y que se debe tratar aparte y en primera
plana, porque antes que ser persona, eres gay. No puedes estar tan tranquilo en
tu casa, o dando una vuelta, o viajando, sin enseñar tu carné gay, porque lo
eres y tienes la obligación de hacerlo público. Y si eres transexual igual, y
si eres bisexual también. Todo el mundo tiene que saber que existes, porque
estás ahí, y antes de ser persona, perteneces una categoría que alguien
previamente ha tipificado.
Ahora la violencia de género es una
lacra y un crimen, porque antes no existía y ahora sí. Ya la disyuntiva, no es
identificar los casos de violencia de género, sino cuáles no lo son. No se
persiguen las causas, porque solo se regulan las consecuencias. Porque son
estas consecuencias las que hacen el todo, y hacen el todo, porque salen por
TV. Si una mujer muere a manos de un hombre, es violencia de género y esto es
siempre así. Los hombres solamente mueren en la guerra y de viejos, porque lo
dice la TV. Por eso, si una mujer mata a un hombre, no es violencia de género,
porque no sale alguien por TV diciendo que sí lo es.
LA
LIBERTAD INDIVIDUAL
NO CABE EN UN PAPEL
Ahora la libertad de expresión está
garantizada por ley, pero si la ejerces y algún colectivo o lobby se siente
ofendido, eres perseguido. Quizás no te metan en la cárcel, o quizás te lleven
a juicio, o quizás no puedas volver a expresarte libremente sin penalización.
Porque lo políticamente correcto, tiene más fuerza que lo legal y tiene más
fuerza que lo real. Si antes había opresión, era porque no había libertad de
expresión. Ahora si hay libertad de expresión, pero no todos pueden hacer uso
de ella. Hemos avanzado mucho, al menos ahora los lobbys si tienen derecho a
expresarse libremente, porque son ellos los que tienen libertad de expresión y
los que dictan las leyes por la puerta de atrás. Ante no la tenía nadie, y
ahora solamente la tienen ellos, desde luego es un avance.
Antes
nadie era libre, y ahora que sí lo somos, sabemos a qué categoría social
pertenecemos, cuál es nuestra identidad, nuestra sexualidad, sabemos cómo
debemos mirar a una mujer y qué debemos sentir o no sentir cuando lo hacemos.
Somos libres, porque por TV nos dicen que lo somos, porque además tenemos las
categorías sociales, económicas y sexuales, a las que debemos asignarnos para
no quedarnos fuera del sistema. Porque si no te introduces en una de estas
categorías, no estás dentro del sistema, y si no estás dentro del sistema, no
eres libre, porque es el sistema el que te garantiza que lo eres. Y además,
todo esto, lo sabrás porque lo has visto por TV.
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