Te voy a contar una historia que igual te suena de algo: Estaba una vez enrollándome con una chica. Cuando el tema empezó a subir de tono, ella comenzó a recular. A sentirse en un conflicto interno. Como si se encontrase en una situación que no es habitual en su vida. Algo que “ella no hace”. Es el típico momento en el que has de convencerla de que está bien, quizá prometerle que no es un simple rollo para ti, o hacerle sentir que no será la primera y última vez. Cada hombre en esta situación tiene su estrategia. Mi opción es la sinceridad.
Un artículo de Daniel Díez
No me gusta mentir, ni actuar y aparte
sé cómo funciona el tema, pues curiosamente… se me da mal. Resumiendo, que he
tenido muchas resistencias en el último minuto que no he sabido gestionar como
se debería. Bueno, corrijo, igual sí las gestiono como debería, al menos como
debería de hacerlo un hombre honesto. Y esa gestión es dejar claro que no voy a
seguir por ese camino ni participar en ese juego. Todos sabemos que no es la
primera vez que lo hace, ni que es una santa ni que es virgen. No, yo no
prometo nada, ni doy a entender que “voy en serio con ella”. Sí, soy consciente
que eso me impide consumar en muchas ocasiones. Si te contara… Pero es lo que
hay.
Prefiero empezar algo sin hoja de ruta
prefijada, sin firmar contratos tácitos y menos participar en un paripé de
falso conflicto y venta de castidad y pureza. ¿Nos atraemos no? ¿Estamos
calientes? Pues vamos a follar y ya está. Luego se verá si congeniamos y puede
haber más. Pero no, señorita, ni me creo lo que me vendes ni por conseguir una
vagina y apagar el calentón te voy a vender ninguna moto. O peor, comprometerme
a nada sin querer hacerlo.
Imagínate a Brad Pitt, o a Ryan Gosling
o Enrique Iglesias. No sé, imagínate
a un personaje público de esos por los que las mujeres se tiran de los pelos,
gritan como histéricas y se desmayan. Imagínate que esa chica con la que yo me
estaba enrollando es fan de un personaje de estos. Y resulta que en un concurso
consigue un pase VIP y la opción de entrar en los camerinos y conocer a su
ídolo en persona. Y sucede. Ella entra en el camerino de él y resulta que la
besa. ¿Ella se resiste? ¿Habrá sexo? Ufff!!! Que si habrá sexo. Y todo lo que
él quiera. Seguramente sin demasiados límites. ¿Le exigirá algún tipo de
compromiso o condición para empezar con el sexo? ¿dudará y simulará algún tipo
de conflicto o resistencia inicial? ¿necesito contestarte? ¿no?
SER CONGRUENTE CON TUS DESEOS
EN LAS RELACIONES TIENE
PRECIO
Hace poco, hablábamos de que una
mujer quiere agarrar a alguien bueno. Al que no es suficientemente bueno
puede utilizarle para el sexo mientras encuentra a ese que sí está al nivel
para una relación seria.
¿El súper famoso estrella de las
narices es eso? ¿No sirve para nada más que para el sexo y por eso ella no
busca establecer una relación con él? Pues no. El tema no es así.
A ver, el famoso es el macho alfa. Es
el vértice de la pirámide alimenticia. Genéticamente la mujer está condicionada
para desear su semen. Sí, somos animales.
Que no se te olvide.
Claro que a una mujer le gustaría que
su pareja fuera esa súper estrella. Pero a la vez sabe que sus juegos y estrategias
para conseguirlo no van a funcionar con él. Por lo tanto, se deja llevar.
Disfruta del momento y hace lo que tiene que hacer. Lo que le dice su biología:
Ten hijos con un macho alfa. Aunque haya condón de por medio. Y aunque a ella
le gustase que dicho condón se rompiese.
Pero la biología también le dice que
no ha de permitir que sus hijos mueran o pasen hambre. Por lo tanto, el padre
de sus hijos ha de poder ayudar a eso. Y si no es una promesa y es una certeza
mucho mejor. Por lo tanto, cuando tenga en mente una pareja estable, estarán
estos factores como requisitos: Un macho alfa protector pero que a la vez se
comprometa a cuidar y proveer. Y si no puede ser un macho alfa porque ninguno
se compromete con ella, al menos intentarlo. Si se consigue bien, si no,
alguien se terminará comprometiendo. Aunque no sea tan guay como el alfa. Pero
mientras exista juventud y belleza, es tontería no intentarlo.
SOMOS MENOS DUEÑOS DE NUESTRAS
RESPUESTAS DE LO QUE CREEMOS
Volvemos a mi historia del principio.
¿Yo era un macho alfa al que ella quería atrapar para una relación? Puede ser.
O puede ser simplemente que ya hubiese pasado la etapa de esperanzas y
estuviese en una etapa de ser más pragmática. Lo que está claro, es que a mí no
me trató como hubiese tratado al famoso. A mí no me quiso follar como si no
hubiese mañana. Yo debía de ser proveedor. No había otra opción. Y no la hubo.
Por lo tanto, me borró de la agenda, del Facebook y si me saluda cuando se
cruza conmigo es por simple cortesía.
Sí, me siento un hombre objeto. Pero
no objeto sexual. Soy un objeto para sacar de él. Instrumentalizado. Y si no se
puede sacar lo deseado, como pasó, fui desechado.
Las mujeres muchas veces son tratadas
como objetos. Y se lamentan de ello. Cosa normal. A nadie le gusta ser
utilizado. Cuando dejan de ser jóvenes y atractivas, dejan de ser tratadas como
objetos. Lo curioso es que el hombre es tratado así desde el principio hasta el
final. No sé, a mí me vendieron que las relaciones de pareja eran amor y cosas
así.Va a ser que el tema no nos lo contaron bien del todo.
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