Hace
poco un amigo me hacía la siguiente recomendación: deberías ser más neutral. Cuando alguien te da un consejo de
mierda, lo mejor que puedes hacer es seguirle la corriente y hacer tú lo que
consideres oportuno. No hay por qué buscar pelea, pero si el 99% de la
población, se ve en posesión de la verdad (su verdad) y además se cree
capacitada para dar lecciones, el nivel de ego individual en las interacciones
persona a persona, si eres consciente de ello puede hacerse insoportable. Una
discusión, es una pequeña guerra.
Lo
peor que le puede pasar al ser humano es el exceso del yo. Te hace perder el
sentido de la orientación. Y como todos tenemos uno, todos queremos tener
nuestro momento de gloria. En lo personal, no creo tener demasiada influencia
cada vez que hablo, por eso no me obceco en que mi opinión prevalezca, prefiero
dejar que sean los demás quienes se corten la cabeza unos a otros en batallas
de egos, mientras yo hago lo que tengo que hacer, según mi criterio.
¿Para
qué gastar energía? Es mejor invertir tu esfuerzo en tu misión o en tu
vocación, que en un título momentáneo de vencedor de un hipotético combate. Al
final el que gana, es el que permanece. Déjalos
que se maten entre ellos, es una de mis citas célebres, que ya haré yo lo
tenga que hacer. La gloria es efímera, es algo que sí puedo decir que he
aprendido y bien. En muchas ocasiones, no merece la pena ir a por ella porque
puedes estar toda tu vida persiguiéndola, y ver como caduca en un segundo.
QUE SE MATEN ENTRE ELLOS
Nos
encanta tener razón, nos encanta prevalecer, nos encanta ser quienes lleguemos
a la cima, nos encanta ganar, aunque solo sea por tener ese ansiado momento de
gloria. Pero ¿y después qué? Sin tanto ego seríamos capaces de llegar a
acuerdos, de aplicar el famoso y teórico win-win… aquella famosa actitud que
solamente se recoge en los manuales de autoayuda, y que te pretenden transmitir
en las formaciones de empresa, pero que después no ves reflejada en ninguna
parte.
Si
uno gana, es porque otro tiene que perder: es una absoluta perogrullada, pero
es así. Tan simple como eso. Pero una cosa es ganar y otra prevalecer, porque
lo segundo implica la humillación del contrario. Quienes entienden una victoria
de esta forma, tarde o temprano padecerán no solo la pérdida de la gloria
conseguida, sino la caída libre al foso donde ellos mismos antes destinaban a
sus rivales. Dicho en palabras llanas: ganar tiene un precio y hacerlo
despreciando a tu semejante, iniciará una cuenta atrás.
Todo pasa por considerar y no solo considerar, sino
creer, que el oponente tiene también sus razones, que quedar por encima de
alguien, es algo que solo puede causarte problemas, que es mejor construir que
destruir, que muchas veces la renuncia al ego, es una victoria en sí misma
porque eso si ayuda a crear, teniendo en cuenta las aportaciones de otro. Desde
una guerra hasta en una comunidad de vecinos, el ego y el personalismo, pueden
echar a perder el trabajo realizado por un minuto de gloria.
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