Deben
cambiar muchas cosas a día de hoy entre hombres y mujeres. No porque no se haya
avanzado en igualdad, no porque haya que darle derechos a unas después de habérselos
quitado a otros, no porque existan bandos marcados por el sexo o por el género
politizados e impuestos contra natura… Todo esto va y viene, o irá y vendrá. Lo
que debe cambiar es la imposición de los roles, y si estos se dan… que sean
porque se hayan de dar, no porque venga alguien y diga que esto tiene que ser
así o de otra manera.
Lo
que uno tiene entre las piernas, seas hombre o seas mujer, nunca debería ser
utilizado como argumento ni como arma arrojadiza, ni como razón política, ni
como símbolo de justicia o injusticia, ni como alegato a obtener ventajas
sociales. Simplemente, no procede darle al sexo más protagonismo del que tiene
fuera de lo personal.
Cuando
se interviene en el ámbito privado desde la ley, la comunicación, la política o
la cultura, se condiciona por bueno o por malo, aquello que precisamente debe
ser la única parte del cuerpo que no atiende a razones sino a instinto, por ser
común a todos. El sexo lo llevamos todos puesto, queramos o no, nacemos con
ello, y quien quiera intervenirlo o administrarlo, lo hace únicamente para
dominar otro.
Me
viene a la mente la Santa Inquisición y su caza de brujas. Me viene a la mente
el feminismo institucionalizado, obcecado en eliminar toda huella masculina de
la sociedad y sustituirla por… ¿? Me viene a la mente la aberración que supone
la ablación del clítoris. Me viene a la mente la pre-condena que ha sido
impuesta sobre el varón como culpable probable ante cualquier delito. Los
hombres siempre cumplen penas más largas por delitos similares ¿acaso la ley
tiene sexo?
INJUSTICIAS HECHAS EN NOMBRE DE LA ENTREPIERNA
Me
viene también a la mente, que una mujer pueda elegir ser madre o no serlo,
mientras que un hombre no puede elegir ese derecho. Y no, no pretendo que los
hombres “se embaracen”, eso es absurdo. Pero si un hombre no quiere ser padre,
no entiendo por qué por ley, se lo pueden imponer o imputar. No hace falta irse
a la ley para esto, ocurre en las parejas, en las familias y en los matrimonios.
Si eres hombre y no pasas por ese aro “estas fuera”.
Me
gustaría saber quién fue el primero o la primera, que se vio con derecho a
regular la vida sexual, y por ende la vida privada de hombres y mujeres. Y lo
que más me preocupa saber, es el por qué lo hizo, con qué fin y con qué
objetivos, no separaron a hombres y mujeres con tablas y leyes, cuando si hay
algo que está demostrado, es que aparte de ser diferentes, cuando queremos encajar,
encajamos y nos ponemos de acuerdo en la intimidad.
Todo
esto ¿sabes a qué se resume? A mujeres insatisfechas y a hombres infelices, o
viceversa. Y como tengo sangre en las venas, estas cosas me duelen, me roban el
sueño y me quitan la paz: soy así de imbécil. Si pillara al primer enterado o
enterada, que pretendió regular el sexo de la gente, le metería en una mazmorra
insonorizada sin wi-fi, para que aprendiera a valorar la compañía del sexo
opuesto, fuese este cuál fuese. Yo no discrimino por sexo ¿tú si lo haces?
Se
acabó lo que se daba: se acabó la tontería, la estupidez, la feria, el
auto-engaño, la sugestión y la piedad contigo mismo. No te voy a decir lo que
tienes que hacer, aunque lo estés deseando como un febril
borrego. Ahora sabes más que antes, porque lo que acabas de leer aquí es verdad. ¿Qué no te gusta?
No te preocupes, siempre te quedarán las comedias románticas. Vamos ¿por qué no
te largas? ¿todavía sigues aquí? Ya estás tardando…
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