Lo
tiene, claro que lo tiene. Negarlo sería absurdo. Y como todo mal en el mundo, es fruto de las
carencias, de experiencias concretas, de necesidades no satisfechas… pero
pintarlo así sería demasiado ambiguo y poco práctico. Todo empieza por la lucha
que todo hombre tiene dentro, entre su demonio hedonista y su ángel altruista.
Yéndonos a los extremos, esta lucha interior pinta muy bien la batalla que hace
que nos quedemos como hombres buenos de cara al mundo y nuestras relaciones, o
bien nos dejemos arrastrar al que podríamos llamar “lado oscuro”.
DEL AMOR A LA ÉPICA, AL HEDONISMO PREFABRICADO
¿Sabes
qué es el hedonismo? Es la filosofía vital
que tiene por objetivo la búsqueda constante del placer individual y la eliminación
completa del dolor y el sufrimiento en la vida. Se entiende perfectamente
¿verdad? No se estilan los mártires del porque sí o porque no, huimos del
sufrimiento y del dolor como las ratas del Titanic.
Tampoco se trata de pasarlo mal gratuitamente, pero ¿qué tiene que ver esto con
el amor?
ÉRAMOS POCOS EN MATRIX… ¡Y PARIÓ LA ABUELA!
Nos han
metido tantas cosas en el disco duro que no tienen utilidad práctica en la vida
real, que si empiezo me quedo solo. Porque digo yo, que si lo que aprendiésemos
en el proceso educativo, al inicio de nuestra vida antes de ser “útiles social
y económicamente” realmente valiera para algo, la vida al menos en un primer
momento sería mucho más sencilla. Cuando uno va creciendo y teniendo
experiencias, se da realmente cuenta que son estas experiencias las que le van
enseñando cosas útiles, para las que antes de haberlas pasado no estaba
preparado ni lo más mínimo ¿cómo adaptarte a los cambios? ¿cómo valerte por ti
mismo? ¿cómo superar un desengaño? ¿cómo relacionarte de forma sana con el sexo
opuesto? ¿cómo tomar decisiones?
CARIÑO, ESTO NO ES LO QUE PARECE: EN REALIDAD ES MUCHO MEJOR
En un
menú a la carta de hombres a seleccionar para una mujer moderna, hay un
ingrediente que no puede faltar. Hoy no hablaré ni del físico, ni del estatus
económico, que son los primeros de la lista: lo son y no me lo he inventado yo,
pregúntales a ellas. Tampoco hablaré de la sinceridad, al menos a tiempo
completo. Pero aparte de eso y puestas a pedir, otro de los ingredientes que te
requieren si ya has pasado los dos primeros filtros, es la fidelidad.
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