[…]¿Sabe?
Creo que ahora comprendo cómo es usted: es muy hermosa y cree que los hombres
solo se interesan por usted porque es hermosa, pero quiere que se interesen por
usted por ser como es. El problema es, que aparte de esa hermosura no es usted
muy interesante: es grosera, es hostil, es osca, es reservada… lo sé, usted
quiere a alguien que lea detrás de todo eso a la auténtica persona que hay
debajo, pero la única razón por la que alguien se molestaría en mirar detrás de
todo eso, es porque es hermosa. Irónico ¿verdad? En cierto modo, su problema es
usted […] Ref. Lobo, 1994 Dir. Mike Nichols, protagonizada por Jack Nicholson y Michelle Pfeiffer.
Así que
dime ¿qué gano yo queriéndote? Es una pregunta retórica, no pretendo que me
respondas con una lista de virtudes, bienes y servicios. Aunque si te tienes en
alta estima, probablemente hayas empezado a hacer esta lista en tu cabeza con
el ánimo de ponerlas en el mostrador, en el caso que como hombre te interese
como posible opción. Esas cosas que tanto te gustan de ti misma, o que crees tener
como gancho y que tratas de proyectar (atractivo físico por delante) para
atraer hombres dime ¿crees en serio que a mí me dan de comer? Te lo pregunto
porque tu simple presencia me agrada y mucho, pero es solo eso, tu presencia y
para mí no es suficiente.
Ojo,
que no te digo que no me gusten, que me pueden gustar y mucho, pero ¿has
pensando en algún momento que si voy detrás de ti es porque me has atraído y no
me he planteado ni por un momento toda esa lista? Quizás me hayas tratado bien
o muy bien, quizás haya pensado más en ti de lo que debería, quizás solamente
veo cosas buenas en ti, y soy incapaz de sacarte un defecto ¿por qué? Quizás te
haya idealizado, separándote del resto de las mujeres de este planeta en una
categoría superior. ¿A qué categoría me refiero? No a la de las tías buenas
escala cósmica, no… a ti bien podría colocársete el letrero “ES ELLA”.
No
tengo ningún problema en admitirlo, si te he puesto ese cartel que te distingue
del resto de las mujeres, es por algo. Y es por algo bueno, pero… ese “algo
bueno” es más mío que tuyo. No tengo los huevos de soltarte el speech que le
recita Jack Nicholson a Michelle Pfeiffer en la película Lobo y ¿sabes por qué? Porque te tengo idealizada y si te tengo en
esa posición de “ES ELLA” muy difícilmente podré encontrar un argumento en
contra a que me atraigas, a que me gustes, incluso a que te quiera, y si no te
pueda querer o amar en “A”, me conforme con quererte en “B” con tal de tenerte
cerca.
Por si
no me has entendido, amar en “A” sería estar contigo y amar en “B” (o amar en
“negro” sin declarar o sin presentarlo formalmente) sería estar detrás de ti
haciendo cola con los demás de tíos, o estar para ti solo cuando a te venga bien, más o menos cerca de ti, como hacían los
aspirantes perseguidores de Cameron Díaz
en la película Algo pasa con Mary. Todos
a por la misma y luchando entre sí, por estar lo más cerca posible de ella. Y
pensando un poco, si el resto también te tiene idealizada y cada uno de los
aspirantes también te ha puesto el cartel de “ES ELLA”, no hay demasiado que me
distinga de ellos. Uno más a la cola, nada más. Culpa mía por idealizarte, a
eso no me ha obligado nadie.
¿LA IDEALIZASTE? LA CAGASTE
Exacto:
la cagué contigo. Reviso mis mensajes, mis e-mails, mis privados de Facebook y
mis whatsapp. Distingo claramente las conversaciones que he tenido con mujeres
que no me gustan, o que me gustan un poco o que me importan una mierda, y los
que he mantenido contigo… no hay color, ni comparación. Es otra liga, no parece
que los haya escrito la misma persona, el mismo tío. ¿Y qué he ganado a cambio
de ponerte ese cartel? Absolutamente nada. La única forma de salir de este
bucle, es quitándote el cartel de “ES ELLA” y cambiártelo por el de “ES UNA
MÁS”.
Si lo
consigo, dejaré de quererte en “B” porque tengo que ser realista (ahora sí
tengo que serlo) porque tu mera presencia y cercanía no me dan de comer. En el
momento en el que pases a ser una más, y lo seas de verdad, entonces mi actitud
será distinta, y muy probablemente, la tuya también. Como esto no es una
comedia romántica dirigida por los hermanos
Farrely, en la que al final, el que renuncia a ser candidato se lleva la
chica, tendré que mirar para otro lado y dar oportunidades a las demás. Porque
si tú mereciste (o no) mi atención ¿por qué no la van a merecer las demás? Pero
claro, son “las demás”… todas aquellas con las que no tengo este problema.
Me
acabo de descargar una app para Android, que me dice una vez que he salido a la
calle a darme una vuelta, todas las mujeres con las que me he cruzado, que
también tienen esa aplicación cargada en el móvil. Las puedes saludar,
corresponder, mandarles un corazoncito y ver si eres correspondido en un Crush –Joder ¡y no son pocas! Ellas también pueden verme a mí- he pensado
asustado al ver que ya realmente la privacidad de las personas es absolutamente
inexistente. La diferencia entre esas mujeres y tú, es que no las conozco, no
me importan y además las tengo cerca.
Y
ahora, renunciando a este síndrome de idealización y de única opción, pensando
en esas otras miles o millones que navegan por estas rrss y que andan por la
calle, duermen, sueñan, viven y trabajan ¿son menos dignas que tú? ¿son menos
mujer que tú? ¿no son acaso también mujeres que viven, sienten y padecen? ¿no
pueden ser acaso igual de maravillosas? Además a ellas no las tengo
idealizadas. Aun así, tengo que admitir que una cosa sí has hecho muy bien
conmigo: me has hecho creer que eres única e irrepetible. Y esa es precisamente
la clave del enamoramiento. Dicho esto, queda claro que…
NO ES POR TI, ES POR MÍ
La
idealización es además, precisamente el mayor error que cometemos los hombres
cuando se nos planta una mujer delante que nos atrae, ya que nos impide ver la
realidad, haciendo que nos enamoremos de una idea, un modelo mental construido
de valores, físico y sentimientos, al que le atribuimos todo lo que siempre
hemos deseado en una mujer, pero que sobre todo, nos hace olvidar de que
delante tenemos a una mujer real, y que no se trata de un ángel venido del
cielo. Porque tú eres una mujer real ¿verdad? No te has caído de ninguna nube. No
es que te quiera menos, solo digo que no te has caído de ninguna nube.
Y si
bien jugar a amar en “B” tiene sus ventajas en el corto plazo si nos referimos
solamente a las emociones, ya que no hay consecuencias palpables cuando uno es
candidato a la cola, no se puede estar así toda la vida (a menos que uno sea
célibe por consagración, o prefiera estar eternamente en el banquillo de los
suplentes), jugar en “A” para bien o para mal, sí te da de comer sexual y
afectivamente hablando. Y lo cierto, es que me compensa seguir conociendo
mujeres, dando oportunidades y recibiendo oportunidades, antes que ser fiel a
un amor en “B” del que realmente no estoy disfrutando, y no sé si alguna vez
disfrutaré. Lo más inteligente que puede hacer un hombre, es pensar por sí y
para sí. ¡Cuántas veces le he dicho a mis lectores aquello de piensa en ti!
Es por
todo lo anterior, que concluyo en huir de la idealización en el amor, mientras
mi salud mental lo permita. Tarde o temprano, volverá a afectarme porque soy
humano de carne y sangre, cometo errores y los seguiré cometiendo, pero cada
vez que me ocurra, te compararé con el resto de las mujeres, con las que te
pueda comparar en este momento presente, o en momentos futuros. Probaré,
conoceré, compartiré y volveré a probar para asegurarme. Intentaré actuar
siempre con inteligencia, exactamente igual que haces tú, para ver cuál es mi
mejor opción, teniendo más paciencia que el resto de tíos que se dejan captar a
la primera, para poder decir “que tienen novia”. En fin, de todo se aprende.
Se
acabó lo que se daba: se acabó la tontería, la estupidez, la feria, el
auto-engaño, la sugestión y la piedad contigo mismo. No te voy a decir lo que tienes que hacer,
aunque lo estés deseando como un febril borrego. Ahora sabes más que antes,
porque lo que
acabas de leer aquí es verdad. ¿Qué no te gusta? No
te preocupes, siempre te quedarán las comedias románticas. Vamos ¿por qué no te
largas? ¿todavía sigues aquí? Ya
estás tardando…
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