Competencia, según la R.A.E.: 1. f. Disputa o contienda entre dos o más
personas sobre algo. 2. f. Oposición o rivalidad entre dos o más que aspiran a
obtener la misma cosa. 3. f. Situación de empresas que rivalizan en un mercado
ofreciendo o demandando un mismo producto o servicio. Dígase además en
palabras llanas: aquí el que no corre,
vuela; yo la vi primero; marica el último; el diablo sabe más por viejo que por
diablo, y seguro que se te ocurre alguna más, con que ilustrar este
concepto. Si sale una colaboradora televisiva diciendo, que la competencia entre mujeres es feroz…
asentirás como un borrego, le reirás la gracia y además te lo creerás, porque
lo ha dicho una rubia por la TV, y parece que eso tiene más validez para ti que
un libro de texto. En cambio, si yo te digo cualquier día, que la competencia entre mujeres es feroz…
me vas a pedir argumentos, explicaciones y me lo discutirás, porque ni soy una
rubia, ni una tía buena, ni salgo por la TV. Y como si no se dan esas
circunstancias, tu pene-cerebro no reacciona, pues me lo rebatirás, pondrás en
duda, o querrás ser más papista que el Papa, usando mis propios argumentos en
mi contra, para que quede claro delante de tu amiga a la que no te follas, que
sabes mucho de la vida y de las mujeres.
No te voy a hablar de guapas o feas ¿OK? Te voy
a hablar de mujeres, pero no de su físico, sino de su calidad humana, de la
relación calidad/precio que existe entre las mujeres con y sin pareja. Haciendo
un símil bastante gráfico, hablaremos de mujeres “chóped” y de mujeres “jamón
ibérico”. Insisto, hablando de su calidad humana, pero sé que en tu mente
gráfica 3d, no voy a poder evitar que asocies el “choped” a las feas, y el
“jamón ibérico” a las guapas. Si después, en tu vida diaria, encuentras que por
alguna casualidad, esa semejanza se cumple… pues por algo será, pero ni mucho
menos es de obligado cumplimiento, porque si lo fuera (que siendo realista lo
suele ser) en lo que a opciones se refiere, el mercado de las relaciones
hombre-mujer, sería muy predecible (y de hecho lo es).
Empezando por un extremo, pongamos que la mujer
a la que llamamos jamón ibérico, suele ser más inaccesible, más difícil de ver,
más atractiva, visible y notoria. Al contrario, en el extremo opuesto la mujer
a la que denominamos chóped, es más común, corriente, está más disponible por
no ser excepcional. Bueno, sabiendo que ninguna quiere verse a sí misma como un
producto de baja calidad, estarán más disponibles que las de alta calidad, pero
intentarán no estarlo demasiado, para que no se las considere “de regalo”. ¿Por
qué? Todos sabemos que lo que no cuesta, no se valora y no se echa en falta por
estar al alcance de la mano. Esto es una perogrullada de mercado. Lo sabes tú,
lo sé yo y lo saben ellas, las de alta y las de baja gama.
¿Y DÓNDE ESTÁ LA GRACIA?
Las de baja gama, a la hora de buscar pareja,
una vez que ya fichan al ejemplar masculino que se deja fichar, muy
probablemente por falta de opciones y por criterio conservador (aquello de más vale pájaro en mano, que ciento volando),
al inicio de “la compra”, van dando según miden para no entrar en pérdidas. Corresponden.
Objetivo: competir por el estatus con las de gama alta. ¿Estatus? Sí, he dicho
estatus. Ahora lo entenderás aunque igual crees en el amor verdadero; como yo…
he de confesar que también, pero estoy a dieta. Una mujer de baja gama,
tiene que afianzar al ejemplar masculino, avituallándole y dando más desde un
primer momento, que lo que daría una mujer de alta gama al inicio de una
relación. Tiene menos opciones y por tanto, su forma de competir es dando más
(sexo, afecto, atención y tiempo), que una mujer de alta gama, que siempre va a
exigir más a su ejemplar masculino, precisamente por tener a priori, más
opciones que él.
Una vez que el ejemplar masculino, está
habituado y estabilizado, ella ha de revalorizarse para no perder valor relativo
en el mercado, y así equipararse de alguna forma, a las mujeres de alta gama.
Cuando el ejemplar masculino, ya cuenta dentro de sus recursos, con los bienes
y servicios que le presta su pareja de baja gama, entonces, ésta comienza a
encarecer las entregas de sexo, cariño y afecto, de forma que mantenga la
ilusión perceptual de que está con una mujer de más calidad, de la que
realmente está con el fin de que éste se esfuerce cada vez más en conservarla.
El verdadero premio de una mujer corriente, en cuanto a pareja se refiere, es
subir un escalón (o los que pueda) en el estatus social. Estoy seguro, de que
en tus círculos habituales habrás observado este fenómeno. Primero ella
afianza, invirtiendo y consolidando, y en lo posterior, encareciendo o
limitando sus atenciones, cuando ya el ejemplar masculino está captado, de
forma que el propio esfuerzo en mantener su relación actual, le impida contemplar
otras opciones potenciales. ¿Te suena de algo?
De forma, que es bastante más común encontrar a
mujeres (y hombres) de baja gama, luchando por afianzar un estatus sólido de
pareja establecida, que al contrario con mujeres (y hombres) de alta gama, que
precisamente por disfrutar de múltiples opciones reales y potenciales, no se ven
en la necesidad de afianzar o de consolidar una pareja, para ganar un estatus
socialmente superior. Una mujer de baja gama o gama corriente, en el mercado de
las relaciones hombre-mujer, ganar valor relativo de mercado. Al contrario, una
mujer de alta gama, o una mujer “ibérico” se devalúa centrándose en un solo
ejemplar masculino, ya que está perdiendo opciones potenciales que tiene al
alcance de la mano esforzándose poco o nada. De ahí, que una mujer de alta
calidad, siempre exigirá una inversión mucho mayor en tiempo y en recursos, a
su ejemplar masculino al inicio de la relación. Realmente, tanto a mujeres como
a hombres de alta gama, no les beneficia en valor de mercado, afianzarse a una
sola pareja porque pierden opciones.
TODAS CONTRA LA GUAPA
En un grupo donde haya parejas establecidas,
donde coexistan mujeres de baja gama en abundancia y una (por ejemplo) de gama
alta o alta calidad, ésta última siempre y sigo SIEMPRE, será discriminada por
las demás. ¿Por qué? Competencia feroz entre mujeres: la de alta gama, siempre
será el factor distorsionante en el grupo, al poder poner en cuestión la
ilusión perceptual en las que están sumidos los ejemplares masculinos, que han
consolidado una relación con mujeres de baja gama, que han encarecido el precio
de compra al tratar de equipararse con mujeres de alta calidad. Por ello, la
mera presencia de una mujer de alta calidad en el grupo, pone en peligro el
estatus afianzado por las mujeres de baja gama con sus parejas, por una simple
cuestión de comparación de coste de tiempo y recursos en la relación. En
palabras llanas, te puedo decir que la mujer de alta gama, será tachada de todo
menos de guapa, y siempre será objeto de crítica y discriminación, porque les
está jodiendo la relación calidad/precio a las demás, al resultar tanto o más
accesible a su pareja masculina, que las de baja gama a las suyas por un valor
relativo semejante.
Se acabó lo que
se daba: se acabó la tontería, la estupidez, la feria, el auto-engaño, la
sugestión y la piedad contigo mismo. No te voy a decir lo que
tienes que hacer, aunque lo estés
deseando como un febril borrego. Ahora sabes más que antes, porque lo que
acabas de leer aquí es verdad.
¿Qué no te gusta? No te preocupes, siempre te quedarán las comedias románticas.
Vamos ¿por qué no te largas? ¿todavía sigues aquí? Ya
estás tardando…
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