–Yo
siempre cumplo mi palabra- me dijo Al
Pacino, sacándose un cohíba de la chaqueta –Pero ¿eres Lucifer de verdad o solo eres una alucinación insana
producto de mi vida sedentaria? Por cierto, aquí no se puede fumar, ni aquí ni
en ninguna parte- Lucifer, olió con deleite su cigarro y sacando un zippo
de oro grabado con mi nombre, me respondió –¿Y
a quién le importa una cosa u otra?- Yo siempre he querido un mechero así,
es algo que nunca le he confesado a nadie. Este tío me conocía bien, había
estado observándome desde dentro –Me gusta
tu zippo- dije con sinceridad –¿Lo quieres?
Si lo quieres, es tuyo. Te lo regalo-. Encendió su cohíba con clase, y dejó
el mechero sobre la barra. Al alcance de mi mano, solo tenía que alargar la
mano y cogerlo –Cógelo, no temas. Es tuyo-
–No me fío de ti. Si en verdad eres el
demonio, sé que nunca regalas nada- Sonrió con poderío, mientras la jefa le
ponía enmarcado, su café irlandés en una taza transparente de dos plantas. Una
obra de arte, digna de ser fotografiada para un catálogo de hostelería. Desde
luego, era un café para Al Pacino. Dejó
su billete de 100€ en la barra, para que Yanina,
la jefa de las camareras lo recogiera con una mezcla entre deseo y sumisión.
EL DIABLO NO DESCANSA EN DOMINGO - capítulo III
Salí pitando de allí por la calle Preciados, con una mezcla de ansiedad,
miedo y mono de tabaco. Un fumador nervioso, es un fumador, y como tal deseaba
a toda costa, estrenar uno de los Slims. El primero de la cajetilla siempre es
el que mejor sabe, y sería el que tranquilizara este cóctel de sensaciones
angustiosas. Bajé la cuesta hasta la Puerta del Sol, y como dicta la maldición un golpe de viento tras
otro, no me dejaba encender el cigarro, ni intentándolo protegiendo la chispa
bajo el abrigo. Quería subir por Montera,
para después tirar todo recto por Fuencarral.
Objetivo: quitarme el susto, gastar energía y tomarme un café en la Glorieta de Quevedo. No parecía difícil,
si no fuera porque ya la gente está saliendo en plan colapso a fingir que hace
las compras navideñas. Sí, y digo fingir, porque ahora la gente no tiene pasta
y compra con lupa. La masa paseaba de forma inútil, ocupando espacio, los
turistas se hacían fotos, los hombres pancarta decían en letra grande que
“compran oro” y las prostitutas de Montera.., estaban ahí como siempre: haga
frío o calor. Se hundirán todos los comercios, caerá la economía, habrá guerra
civil y en 10 años estaremos siendo capitalizados por China, pero las
prostitutas de Montera, seguirán allí
haga el tiempo que haga, y pase lo que pase.
EL DIABLO NO DESCANSA EN DOMINGO - capítulo II
Ya era tarde, imposible esconderse. Entonces
puse la mejor de mis sonrisas disponibles en catálogo para ese momento,
tratando educadamente de no babear –Sí,
soy fumador- articulé algo intimidado por la espectacular belleza de la
chica de la promoción, con las manos bien alejadas de la cartera… uno nunca
sabe cuál puede ser la fuerza y el poder de convicción de una mujer tal, y el
diablo cuando tienta, tienta de verdad. Esa mujer no era normal, estaba puesta
ahí para que todos los varones habidos y por haber, que pasaran por aquel
rincón, cayeran sin cuestionárselo en su embrujo (que se lo digan al friki, que
iba a estar toda la vida rememorando el
hito en sus momentos de soledad). –¿Y qué
marca fuma?- preguntó prolongando su sonrisa y agachándose ligeramente, ya
que era bastante más alta que yo –Slims,
Karelia Slims- Ella se echó hacia atrás, como previniendo la palabra no,
para no deleitarme con su hermosura más de lo necesario, si no iba a comprar su
producto a lo largo de la leve conversación. –Tenemos una promoción de Camel: por dos cajetillas te llevas un mechero
de regalo- Ahora me trataba de tú. La verdad es que me jode y mucho que me
hablen de usted –No gracias, no cambio de
marca- Uffff!, por fin lo dije y sin parecer un borde de mierda. Lo
conseguí.
COMPETENCIA ENTRE MUJERES: CHÓPED A PRECIO DE IBÉRICO
Competencia, según la R.A.E.: 1. f. Disputa o contienda entre dos o más
personas sobre algo. 2. f. Oposición o rivalidad entre dos o más que aspiran a
obtener la misma cosa. 3. f. Situación de empresas que rivalizan en un mercado
ofreciendo o demandando un mismo producto o servicio. Dígase además en
palabras llanas: aquí el que no corre,
vuela; yo la vi primero; marica el último; el diablo sabe más por viejo que por
diablo, y seguro que se te ocurre alguna más, con que ilustrar este
concepto. Si sale una colaboradora televisiva diciendo, que la competencia entre mujeres es feroz…
asentirás como un borrego, le reirás la gracia y además te lo creerás, porque
lo ha dicho una rubia por la TV, y parece que eso tiene más validez para ti que
un libro de texto. En cambio, si yo te digo cualquier día, que la competencia entre mujeres es feroz…
me vas a pedir argumentos, explicaciones y me lo discutirás, porque ni soy una
rubia, ni una tía buena, ni salgo por la TV. Y como si no se dan esas
circunstancias, tu pene-cerebro no reacciona, pues me lo rebatirás, pondrás en
duda, o querrás ser más papista que el Papa, usando mis propios argumentos en
mi contra, para que quede claro delante de tu amiga a la que no te follas, que
sabes mucho de la vida y de las mujeres.
EL DIABLO NO DESCANSA EN DOMINGO - capítulo I
Era un domingo de los que yo llamaría de retiro,
aunque para ser más exactos, el aislamiento lo deseé para el fin de semana
entero. Había rechazado en contra de lo que me dictaba mi horóscopo, un plan
algo distinto al habitual para salir el sábado con un grupo distinto –Pues tú te lo pierdes- me dijo la amiga
que me invitó. Desde el viernes que había llegado exhausto a casa, agotado del
curro y tras unas breves cañas con mi socio para ponernos al día, lo único que
deseaba era cerrar la puerta, descansar y no ver a nadie. Solamente hice la
compra semanal, y bajé al Molly Malone’s
a ver el partido. El resto del tiempo… momificarme descansando, Paramount Channel, escribir a ratos,
hacer las tareas del hogar y disfrutar de mi inseparable café. –Vaya, se me van a terminar los Slims. Tendré
que ir al estanco a comprar- Hace poco que cambié de marca de Slims, y
estos solamente los tienen en estancos, ni en quiscos ni en bares, y en domingo
que todos cierran, el que me pilla más cerca, es de El Corte Inglés de Sol. –Así de paso me doy una vuelta, que me voy
acabar pareciendo a un ogro que no sale de su cueva-
¿QUÉ QUERÍA DE VERDAD EL PRÍNCIPE AZUL DEL CUENTO?
El chaval está enamorado. Al menos eso dice, y
además se lo cree. Debe existir un defecto de fábrica, que se enquista como
pieza básica en la maquinaria de todo ser humano, y que todavía no han
descubierto en la línea de producción. Esta pieza defectuosa, debe estar
implícita en algún órgano básico y fundamental, porque si no, no me explico cómo
el mundo está como está… Y cuando digo mundo, lo digo empezando por mí: un
animal más entre muchos en una granja controlada llena de animales como yo, que
producen cosas, consumen cosas, que andan erguidos sobre sus extremidades
inferiores, que hablan o mejor dicho, que imitan sonidos parecidos a la voz
humana, y que se creen que piensan de una forma inteligente por encima del
resto de los seres, no sé yo, con qué derecho a considerarse mejores o más, que
el resto de las bestias que habitan este escenario 3d en tiempo real, al que
llamamos mundo. Este órgano, donde se encuentra la pieza defectuosa, debe ser
el cerebro. No digo el corazón que queda metafórico, pero irreal, digo el
cerebro porque a veces parece llegarle menos sangre de la necesaria, para su
correcto funcionamiento cuando uno dice que está enamorado.
CÓMO ROMPER UN MATRIMONIO, SIENDO UN PERFECTO CABALLERO
A ver cómo narices te cuento esto, sin que
parezca un recetario. Yo no quería escribir este artículo, por lo que viene
siendo solidaridad y corporativismo
masculino, pero ¡vive dios que es cierto!
que entre lo voluble de las necesidades y emociones femeninas, y lo (…) del carácter masculino en cuanto forma
pareja, pasan cosas que si no pasan antes, es de puro milagro. Porque sí,
porque aquello de: lo que ha unido Dios,
que no lo separe el hombre, o la firmita del sábado por la mañana en el
ayuntamiento, con los amigos de confianza y la familia esperando a irse a comer
a la sierra (o sea, matrimonio civil), no es más que una forma de defender lo
indefendible, de entre toda la casuística de cosas buenas, malas y neutras, que
pueden ocurrir entre un hombre y una mujer. No me odies gavilán… no me odies,
que si tengo esta batalla que contar, es porque realmente hace falta contarla.
Si una vez la lees te entra miedo, tú y solo tú sabes por qué.
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