Te lo juro, no sabes bien las ganas que tengo, que un día ya de una
vez por todas digan algo bueno en las noticias, sobre todo si de hombres y
mujeres se tratara. Lo deseo más que perder mi “segunda virginidad”. Mis
lectores han podido llegar a pensar en más de una ocasión, que le tengo mucha
manía a las feministas, sean estas de izquierdas, centro o derecha… Y no se
equivocan, de hecho lo confirmo, las tengo manía y mucha, porque no tienen
capacidad de autocrítica ninguna, y justifican con porque sí o porque no,
las consecuencias negativas de sus dogmas y doctrinas, caiga quien caiga. Aparte
de esto, que me resulta obvio a la vista, joder no deja de ser un deporte, y de
hecho, si esta corriente no se encontrara institucionalizada de forma impuesta,
la vería hasta correcta. El problema, es que sí está impuesta, y todo lo que es
impuesto resta libertad y crea prejuicios que se justifican legalmente. Eso sí
es grave. Pero la verdad es, que a mí realmente, las feministas, o mejor dicho,
el feminismo institucionalizado, nunca me ha hecho nada (porque no me he
dejado) al menos directamente. Pero sí han jodido a más de un hombre, a más de
dos, y más de tres a los que les he visto la cara. Y sí puedo decir, que el
feminismo institucionalizado, les ha jodido por deporte, por afición y
conveniencia. ¿Nadie pone voz a estos hombres? ¿por qué nunca los sacan en la TV?
Por un lado, afortunadamente, no tengo deudas, no tengo hipoteca,
no estoy ni he estado casado (ni lo estaré nunca), tampoco soy padre de ninguna
criatura a día de hoy (o eso creo), nunca he tenido que pagar un divorcio, ni
sufrir una separación, ni rehacer mi vida (rehago mi vida a diario, todos los
días empiezo de cero) de forma traumática como muchos divorciados a los que les
han dado la patada, ni he firmado un solo contrato que no sea puramente de
trabajo, o de contratación de suministros. La cuestión, es que no tienen por
dónde cogerme, ni por lo católico, ni por lo civil. No sé si es un buen o mal
ejemplo, es mi vida hasta este momento. Es lo que hay ¿Pero mañana? No sé dónde
voy a estar mañana. Es así. No tengo nada, y a quien nada tiene, nada se le
puede quitar, reclamar o exigir. Solamente tengo que responsabilizarme de mis
actos y mis palabras.
Ni si quiera tengo tarjeta de crédito, para que lo entiendas. Es
más te diré que en concreto para mí, esta tendencia pseudocultural feminista,
no ha hecho más que facilitarme la vida en lo personal y en lo profesional: no
tengo que hacerme cargo de nadie, que no sea yo mismo. Y si palmo, palmo yo y
no tiene que palmar nadie que esté conmigo por el mero hecho de estarlo. Todas
estas ventajas, pequeño gavilán… en realidad no son ventajas ¿Sabes por qué?
Porque son nuestro estado puro y natural: SIN
CONDICIONANTES. De hecho, si lo que quieres llevar, es una vida egoísta, ya
ves según te cuento que SÍ SE PUEDE.
Tranquilo, que no se muere nadie por ello ¿eh? Igual me cae un rayo mañana, o
me da un jamacuco debido al stress… pero de soltería no se muere nadie, te lo
aseguro.
Tengo una guerra personal con el mundo en el que me ha tocado
vivir, por eso no me callo ni debajo del agua. Es más, este artículo es una
machada de las mías y como tal, tengo que proceder, para que al menos una sola
vez en tu puta vida, seas consciente de lo que te juegas como hombre. Por
cierto, no me importa que me tachen de flipado, ni de chapado a la antigua, ni
de macho ibérico, ni de desfasado, ni mucho menos de cavernícola… En especial,
de neandertal. Todos estos calificativos para mí son halagos, quiero que lo
sepas, así que por mi parte puedes continuar señalándome con el dedo cada vez
que me ves por la calle –Mira, ahí va un
cavernícola- mientras yo le sigo haciendo una radiografía educada en formas
y descarada en intención, a la chica con la que vas. ¿Te la quieres ligar
haciendo de comparsa? ¿te has vuelto anti-taurino, anti-futbol, feminista,
ecologista y vegetariano para ligártela? Cuando haces algo ¿por quién lo haces?
¿lo haces por ti y para ti? o…
¿LO HACES PARA QUE TOD@S LO VEAN?
Ella sabe bien que pretendes hacer alarde cuán pavo real “para
impresionarla” y que necesariamente necesitas llamarme gañán en público. Hazlo
si tienes huevos, pero dímelo a la cara y cerca, eso… acércate que no muerdo,
que te voy a hablar en mi idioma. Mi idioma es tan básico y tan simple, que
hasta un niño lo entendería. Eso, tú sigue modernizándote acorde a los tiempos
que corren y declarándote feminista convencido y progre de los que van con El País enrollado bajo el brazo… con
suerte, alguno de tus hijos se te parecerá “so moderno”. Porque lo que te falte
a ti de hombre auténtico (o sea, precisamente aquello que te dicen que se
penaliza y que es antiguo) ella lo va a buscar fuera. Y no parará hasta que no
lo encuentre, porque querido colega moderno: a ninguna mujer le gusta ser
inseminada por un inútil, que no sea capaz de actuar cuando verdaderamente hace
falta, y que no sepa dar las garantías que ella jamás asumirá como mujer,
porque para eso… ya estás tú rey. Grábatelo bien y que no se te olvide.
Una vez hecho este ademán a modo de recordatorio, te explicaré con
más detalle cuál es mi guerra personal. Empezó siendo una guerra, contra la
parte de mí que me dejaba quieto, tonto y maniatado frente a esta burbuja en la
que vivimos algunos llamada occidente, en la que parece que lo civilizado es
adulterarse, someterse y poco a poco cambiar la sangre animal que nos corre a
todos por las venas sin excepción. No toda la sumisión es política y economía,
la sumisión empiezas a aceptarla, en el momento que decides adulterar y
prostituir tu verdadero papel en esta vida, y concretando en tu caso, tu papel
como hombre. Porque eso es lo que eres, aunque quieran que se te olvide, que no
actúes como tal. Más que nada, para que no levantes la cabeza por encima de
donde te dicen. Lo peor de este supuesto avance modernista-feminista, o de sociedad del
bienestar, es que se ha dado a la par que una economía de mercado puro y duro,
que hace que las personas hombres y mujeres, tengamos que vivir para pagar
facturas e hipotecas, y no podamos pensar en estar juntos y ser hombre y mujer;
sino meros factores de producción.
Entonces ¿qué? ¿Jodidas ellas…? ¿Jodidos todos? No, dice Espartaco.
Pero, por todas partes vas a ver ideología feminista institucionalizada. No, no
es una manía persecutoria que tenga. Desde el minuto cero, te van a decir que
por el mero hecho de portar un pene entre las piernas, te tienes que estar quieto,
que te comportes como una mascota asexuada, que te esperes que ella está antes
por “justicia histórica”, que ella elije y tú por consecuencia “te tienes que
dejar elegir”. Pero espera, que no te hablo solo de elegir pareja, si no para
lo que sea: ella elije si follarte o no, ella elige si te quiere como novio o
no, ella elije si dejarte o seguir contigo, ella elije si verte en
exclusividad, o tener a tres mascotas más… da igual, si lo hace ella, parece
estar siempre bien y carta blanca justificada. Siempre responderá en función de
sus necesidades, y a todo el mundo le parecerá bien. Bueno claro, si “ella te
elije”, porque si no es así… parece que ni si quiera existas. ¿Y tú qué? Si tú
como hombre, pretendes hacer o decir lo mismo que te acabo de indicar en cuanto
a elegir, cuando, cómo y para qué, con una mujer, quiero saber cuánto van a
tardar si lo haces de forma libre y explícita, en ir a por ti y encerrarte.
¿Qué has hecho? A lo mejor nada, en efecto te están jodiendo por deporte. ¿Perdona?
DIME DONDE ESTÁ ESCRITO, QUE YO NO TENGO LA ÚLTIMA PALABRA
SOBRE EL USO DE MI PROPIO PENE
¿Qué ellas tienen la última palabra? Bueno, si ella quiere
penetración y yo no ¿quién tiene la última palabra entonces? Si ella quiere ser
madre por ejemplo, necesitará esperma, sí o sí ¿de dónde lo tiene que sacar? El
mejor amigo del hombre, no es el perro como reza un dicho… es la masturbación,
que siempre ha estado con nosotros en lo bueno y en lo malo, y yo mi esperma se
lo entrego solamente a la mujer que quiero y cuando quiero. Así que no me
pinche los condones alegando reloj biológico. Señora, se equivoca usted si
trabaja en política, y gestiona una cartera de Igualdad ¿sabe por qué? Porque
mi pene es mío, y como mío su uso y disfrute solamente me pertenece a mí. Y si
usted señora, no está conforme con estas palabras, siempre se podrá comprar un
vibrador. Mi guerra, no es quitarle lo ganado a ninguna mujer. Mi guerra es
conseguir en mí y en todo aquel que me rodea y escuche, encender esa conciencia
de uno mismo que pretenden anular. Que te concibas a ti mismo como un ser capaz
y completo, autogobernado, libre y auténtico. Te recuerdo, que tú si estás
especialmente diseñado para luchar, cazar, ir a la guerra, proteger a tu familia
y traer dinero a casa. Sí… es así y siempre lo ha sido. ¿Es justo? ¿es injusto?
No lo sé, háblale de justicia a tus cromosomas a ver si te responden. Te
quieren convencer de que un mundo en femenino es mejor ¿por qué? ¿Por qué es
más bonito? ¿porque ya va tocando? Yo no quiero un mundo en femenino, quiero un
mundo donde yo pueda ser un hombre, y ella pueda ser una mujer. Nada más. Ya lo
he dicho alguna vez: no pretendo gobernar
el mundo con mi pene, pero que nadie se ofenda, si “lo saco a pasear”.
La cosa está clara, aunque hay que pensarla un poco: lo
que una feminista desea sobre el papel, lema y panfleto, jamás le proporcionará
una sola satisfacción real. Y si digo real, quiero decir emocional, sexual,
afectiva, profesional y familiar. ¿Por qué? Una mujer feminista, o una mujer que
disfruta, o mejor dicho PADECE los
supuestos beneficios de un feminismo institucionalizado, no tienen derecho al
descanso. SER MADRE… sí en
mayúsculas, ser madre lo pongo así porque de momento ellas son las madres y
nosotros somos los padres (pese a quien le pese), a menos que dentro de miles
de años, si seguimos aquí nos convirtamos en marcianos asexuados que ponen
huevos con el pensamiento. Como reza la canción, la vida es así, no la he inventado yo… Una mujer supuestamente
liberada, aunque no me gusta decirlo así… Diría una mujer de hoy en día (porque
todos nacemos en libertad) tiene para ser hipotéticamente igual “o más que un
hombre”, que hacer lo que hace una mujer ya por naturaleza, y además lo que
tiene que hacer un hombre de por sí. Porque si no lo hace, no es una supuesta
mujer de hoy ¿eso es libertad para la mujer? Le faltan horas en el calendario,
porque además tiene que trabajar, que ser la más guapa, ir al gimnasio, la que
más gane, la que más folle y con el más guapo (esa competitividad me suena), la
más de lo más… Tiene que ser un “Terminator
Calculatriz” (me acabo de inventar un término ¿eh?).
¿Acaso la liberación de la mujer consiste en reducir al hombre a un
mero bote de esperma? OK querida amiga, si quieres mi esperma, ven por él y
gánatelo ¿quieres ser madre porque desde tu libre voluntad o tu llamada de la
selva (me da igual) te lo dictan? Vale, ven y lo hablamos. Te recuerdo que el
esperma solamente sale por un sitio. No sé si te habrá quedado muy clara la
guerra que te propongo, es la de vivir según tus propias opciones. No te animo
a la soltería perpetua, ni a una vida de crapuloso, ni a que tengas muchas
novias o pocas novias. Tampoco te recomendaré ni que te cases, ni que te divorcies…
Solamente te diré que hagas lo que hagas con lo que tienes en la cabeza, en la
sangre y entre las piernas, lo hagas siempre bajo tus propias normas, sin
coacción, sin miedo y solo desde tu libertad. No quieras ser tú la comparsa de
un avance feminista institucionalizado. Ni te va a hacer más hombre, ni más
atractivo, ni más nada… Te recuerdo una vez más que yo no soy nadie para
decirte lo que has de hacer… Pero ni yo, ni nadie. Recuerda, si no quieres que
te jodan por deporte, no entres en la competición.
Se acabó lo que se daba: se acabó la tontería, la estupidez, la feria, el auto-engaño, la sugestión y la piedad contigo mismo. No te voy a decir lo que tienes que hacer, aunque lo estés deseando como un febril borrego. Ahora sabes más que antes, porque lo que acabas de leer aquí es verdad. ¿Qué no te gusta? No te preocupes, siempre te quedarán las comedias románticas. Vamos ¿por qué no te largas? ¿todavía sigues aquí? Yaestás tardando…
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