–¿Sigue
en pie esa invitación a un chocolate con churros en tu casa?- Traducido:
Me voy a acostar contigo. Lo que no me contaba es que estaba mal con su novio y
ya estaba buscando alternativas, y de paso, no sentirse mal. Le di largas. Sabía de
sobra que era un calentón y me estoy cansando un poco de ser el tampón
emocional de las chicas que lo pasan mal, porque se están planteando dejarlo
con el novio. Sí, a muchas mujeres les sonaría raro esto y dirían: ¿Un tío
rechazando un polvo fácil? Pues sí maja. Que algunas sois un dolor de huevos, y
mejor solo que soportando vuestras cagadas o siendo vuestro juguetito al que
usar entre relación y relación. Me estaba acordando de esta chica, porque en
realidad el chocolate y los churros los compré. Si el calentón inicial pasaba y
si al final lo dejaba definitivamente con el novio, no lo descartaba del todo.
Pero… pasó lo que tenía que pasar. La mujer en cuestión se buscó a otro y luego
ya no me necesitaba. ¿Y qué pasó? Pues el chocolate lo tiré ayer porque estaba
caducado. No sabía yo que estas cosas caducasen tan pronto.
Me la encontré en un Pub no hace ni
quince días. Resulta que hizo como que no me veía. Me acerco, saludo y me habló
con una inexpresión y una apatía que me dio incluso miedo. Mi teoría es que
estaría con el novio y será uno de esos celosos que si ven a su novia hablando
con un tío montan un pollo. Pero cuidado, por norma general, la celosa
patología se busca celosos patológicos. O por lo menos, los tolera como algo
normal. Pues ayer, con lo del chocolate a la basura, me dio por mirar su Whatsapp. A ver si en la foto salía ese
nuevo maromo. Pues no, no había foto. Pero curiosamente, me había bloqueado. Y
resulta, que también me había borrado del Facebook. ¡Tela marinera! Me sentí la
persona más utilizada del mundo. O sea, traducción: Si me das lo que quiero,
nos relacionamos… si no, te saco de mi vida totalmente. ¿Qué fue de aquello de Podemos ser amigos que no se cree nadie?
Pues en efecto, que no se lo cree nadie.
Dice Erich Fromm en su El Arte de Amar: […] demostrar que el
amor no es un sentimiento fácil para nadie, […] que la satisfacción en el amor
individual no puede lograrse sin la capacidad de amar al prójimo, sin humildad,
coraje, fe y disciplina. En una cultura en la cual esas cualidades son raras,
también ha de ser rara la capacidad de amar. Quien no lo crea, que se pregunte
a sí mismo a cuántas personas verdaderamente capaces de amar ha conocido […] ¿A
cuántas personas verdaderamente capaces de amar has conocido? Esa es la
pregunta. Y la respuesta, por lo menos para mí, es bien sencilla: Muy poca. Veo
los muros de Tuenti y Facebook de esas chicas que después de
estar en una etapa de soltería no deseada, encuentran un novio. Esas chicas que
en realidad, su listón estaba más que bajo, que una vez encontrado noviete,
dejan de salir por la noche (salían a divertirse y bailar, ya me entiendes…) y
también dejan un poco (o un mucho) de lado a sus amistades.
Pero
a lo que voy, es que sus muros (casualmente) empiezan a llenarse de comentarios
“de amor”, de la maravillosa que es la vida, de lo bonito que es el amor y lo
genial que es su pareja. Me descojono. En realidad, eso no es amor. Es
enamoramiento. Un estado de la razón alterado que te hace sentir bien, que te
impide ver los defectos de la otra persona y hace que sientas como algo
verdadero todo lo que te pasa. Y por lo tanto, se da ese razonamiento inverso
de: Si me siento bien a su lado, es que
él es especial y lo nuestro algo verdadero. Pasará un año, dos o tres, y esa
persona pasará de ser un semi-dios bajado del Olimpo, a ser un “el mismo hijo
de puta de siempre que nunca cambiará” ¿Entonces? Qué fácil es querer cuando tu
naturaleza te lo pone fácil… pero eso en realidad no es amor. No hay
nada más nefasto, como invertir en una pareja, estando enamorado. Vaya,
justo lo contrario a lo que nos dicen por todos los lados. No me hagas caso si
no quieres. Que de hecho, no me lo vas a hacer. Así te irá como le va a casi
todos.
EL PIVÓN
Un día quedé con una chica. La verdad
es que la chavala era un pivón. La típica que eres la envidia de todos los tíos
yendo con ella al lado. Y me la llevé a dar una vuelta. Bueno, pues menuda
rayada. Madre de dios. A ver: El hombre promedio, por como tiene organizado el
cerebro, para quitarse los problemas de la cabeza, tiende a archivarlos y no
volver a ellos hasta otra ocasión. El cerebro de la mujer es diferente. Tiende
a necesitar sacar esos problemas fuera. ¿Y cómo lo hace? Pues hablándolo,
contándoselo a alguien. Y ahí estoy yo de paseo por el campo, con una chica que
no hace más que contarme sus problemas…. Y madre, que se ahogaba en un vaso de
agua. A ver, si salgo un una chica que no hace más que contarme sus problemas….
¿De verdad esa es una buena compañía? Con mis amigos no me pasa eso. Me
divierto mucho más.
–Dani,
los tienes cuadrados. ¿No te la has follado?- Pues no majo, no.
Además, me ponía el sexo como caramelo y condición a tener una relación con
ella. –Y mira, no, o tienes más que
ofrecer que sexo, o paso. Y por lo que veo, lo que sabes ofrecer es proyectar
tus problemas en mí para aliviarte tú- Al final, me apetece quedar con mis
amigos y no con ella. Dicha chica, cuando entendió que no iba a pasar nada
entre los dos, dejó de hablarme. Bueno, me saluda sin mucho énfasis y punto. He
pasado de ser súper genial, divertido, listo, etc. a ser igual que el resto. Otra
vez más, una forma de amor inversión: Si
me “quieres” yo “te quiero” y si no, que te den por el culo. Imagínate una
relación con alguien que está contigo, o mejor dicho, que tendrá “sentimientos”
hacia ti mientras le interese. Porque esta chica está haciendo eso. Dando a
cambio de algo. Y si no, cierra el grifo.
Cuantas veces habré oído eso de –Es que yo lo di todo y él nada- Bueno, dicho
así, parece que todo ha de ser una inversión. Pero en realidad las cosas no han
de ser así. Quizá, lo que se ha de buscar, es una persona con verdadera
capacidad de amar. Que lo haga sin pedir nada a cambio, y una vez lo encuentre,
le utilice como paño de lágrimas y punto. Porque si no, entraremos en lo que
veo normalmente: oferta y demanda. Tanto doy si recibo. Y si encuentro a
alguien que tiene mucho que dar, mucho mejor. Por el momento, lo único que ha
pasado por mi vida son mujeres que:
1. No
son capaces de dejar a su pareja sin antes catar al siguiente y ver si el
cambio es a mejor.
2. Mujeres
que no te ven como potencial pareja, pero les vienes estupendamente para ese
tiempo de soltería. Quizá “mi pinta” o “fama” de ligón también ayude. Por otra,
desde mi punto de vista, totalmente injusta.
3. Mujeres que no saben vivir sin pareja en el
que eres un objeto para su realización personal y que te irás al carajo cuando
dejes de cumplir esas condiciones.
4. Mujeres
que se enamoran de ti pero que en realidad no te conocen. Es una bomba de
relojería que puede terminar muy mal.
5. Chicas
que están condicionadas para elegir al mejor postor de todo lo disponible.
6. Mujeres
que son un verdadero tostón como compañía.
7. Bueno…
y las que pasan de mí, que alguna habrá.
Podría poner algún punto más, pero creo que se me entiende.
Y también soy consciente que si alguna mujer está leyendo esto, seguro que no
se siente identificada. Mis amigas dirán que me junto con mujeres muy raras, o
algo parecido, etc…. Pero los hombres me darán bastante la razón. De nuevo la
guerra de sexos. Pero en algo sí les voy a dar la razón: Me gustan las mujeres
guapas. Creo que la pasión también es un elemento a tener en cuenta. Y estas,
como frecuentemente están muy en demanda, se olvidan de dar y se vuelven
egoístas del todo. ¿Y qué pasa si eres hombre y piensas
solo con la polla? Pues que te vuelves un hombre sin criterio real y te van a
dar muchos palos… vete a alguna asociación de divorciados y empieza a tener
miedo al matrimonio. Yo que tú lo tendría. ¿Y qué pasa si te vuelves selectivo?
Pues que tendrás que decir que no muchas veces aunque no te apetezca, para
evitar males futuros y tendrás que aprender a estar a gusto contigo mismo solo.
Porque ahí está el truco: Para tener pareja, primero has de aprender a estar
bien solo. No se puede buscar pareja desde la necesidad. Pero venga, os dejo
que me metáis caña.
Gimme
a $dollar BB! Es una historia que te
podría pasar a ti. Por eso te la pongo en la cara, para que veas lo bueno y lo
malo, al dejar lo de siempre a un lado. No todos se atreverían a dar este
paso, y más sabiendo que quien arriesga, puede ganarlo todo… pero también perderlo
todo. ¿Qué
ocurre cuando un hombre no tiene nada que perder? Esta historia es un
puñetazo a lo que crees que está bien, porque te darás cuenta que hay muchas
cosas que no dependen de ti, y que marcan la frontera entre tus valores, y tus
deseos más egoístas. Una vez más te diré, que los
cojones, no se compran en ninguna tienda y siempre hay
consecuencias; pero a lo mejor tiene que pasar algo, para que te atrevas por
fin a dar el salto. ¿Estás esperando a que te pase algo?
1 comentario:
Hola: las fotos se ven mucho mejor en tu blog!!! Ja, ja… No te puedo meter caña porque con tus reflexiones me doy cuenta que soy muy machista…La clave es conocerse a uno mismo y saber lo que buscamos en la otra pareja. Tocas un tema, como siempre, muy real. Hay chicos que son el pañuelo entre relación y relación… vamos que cuando dejan/dejamos al novio ese chico que nos ayudó a pasar el mal trago lo utilizamos y luego pasamos de él… Para nosotros era como un ‘’hermano’’… Muy buena pregunta la de cuántas personas conocemos capaces de amar?... Supongo que a muy pocas o a ninguna? Con respecto al ‘’pivón’’ suele pasar que la chica más explosiva es la más pesada y habla y habla y todo gira entorno a ella. A ella, por su belleza, la hicieron creerse más que al resto y por eso sólo se ve su ombligo. Por tu reflexión los chicos pasais de ella pero las chicas también… Fíjate que seguro que no tiene muchas amigas que la aguanten… Debo de ser rara pero sí me siento identificada con alguno de tus siete puntos. No entro en detalle pero el punto 7 no lo puedo contar porque no nos conocimos en la vida real… Seguimos en contacto
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