En este mundo que tenemos como
escenario, no se nos permite descanso. Estamos en una época, en la que nos
vemos obligados a sacar de dónde no hay. Estoy harto de ver en las noticias a
diario, la versión moderna de la lucha de clases… porque es exactamente lo que
estamos viviendo ahora. En términos menos sociales y más naturales, la lucha de
clases, no es más que la competencia por los recursos disponibles en el medio.
Esta lucha de clases, nos la hemos buscado e inventado nosotros mismos el
llamarla así, reconociendo y separando, a los que tienen más recursos, de los
que tienen menos en clases o categorías sociales. Yo esta clasificación no la
veo, o mejor dicho… no me la creo. ¿Sabes por qué? Porque está basada en un
sistema y en unos conceptos, que se podrían desmoronar mañana mismo. Tiendo a
pensar en los extremos, para recoger la base real de las cosas, lo irremediable,
lo básico y lo imprescindible. Ahora lo entenderás ¿Qué es el orden de clases
establecido? Un maquillaje y máscara social, de la pirámide alimenticia dentro
de la propia especie humana. Es eso y no otra cosa: es el quién se come a
quién, quién vive de quién, quién se alimenta de quién y quién produce para
quién. En la naturaleza, el depredador no le pide permiso a la presa, para
cazarla y devorarla. Dentro de esta pirámide alimenticia humana, llamada
sociedad de clases, pasa exactamente igual. ¿Sabes por qué me permito el lujo
de hacer esta analogía? Porque somos animales, cosa que a menudo se nos olvida.
¿Te imaginas a una presa, tratando de
convencer a su depredador para que no la cace y la devore, en plena carrera por
salvar su vida? ¿Te imaginas en el otro lado al depredador, sentándose a
negociar con su presa las condiciones para cazarla y devorarla? Esto, en la naturaleza
no pasa. Y si somos animales, que formamos parte de esta naturaleza, o de lo
que queda de ella, por muy listos, modernos e inteligentes que nos creamos, por
saber manejar un smart-phone… seguimos pura, llana y exactamente, el mismo
esquema que se da en el reino animal dentro de esta pirámide alimenticia. No
cabe negociación entre depredadores y presas. La única relación que existe
entre uno y otro, es quien devora a quién, y quién es devorado por quién.
Punto. Porque dime tú, por poner un ejemplo ¿quién defiende a la hierba de ser
devorada por los herbívoros? No todo son leones e indefensas gacelas, a la
hierba también se la comen los antílopes ¿puede negociar la hierba unas
condiciones antes de ser devorada? Cumple
su función, como la cumples tú y como la cumplo yo, dentro de este escenario
llamado mundo “civilizado”.
Si quieres ser un depredador, tendrás
que aprender a cazar. Y a menos que estés en esa casta desde el nacimiento, el
depredador que te caza, no te va a enseñar a cazarle a él, ni te dará más
derechos porque se los pidas, ni mejores horarios, ni mejor financiación, ni
más dinero por mucho que le reclames. Es algo tan sencillo, como ver que el que
está por encima de ti, en el orden de clases, vive de lo que tú produces. De
hecho, vive de ti y tú, en cierta medida estás vivo porque él necesita que
produzcas. No es más que un equilibrio dentro de esta pirámide alimenticia
humana. Igual piensas que eres el último de la cadena y que estás trabajando para
todo dios… ¿empiezas a sentirte una víctima? Piensa por un momento qué comes y
qué llevas puesto. Para que lo veas claro, igual la prenda que llevas puesta,
esa camisa que en rebajas te ha costado 9.95€, está hecha en una fábrica china, donde los empleados ganan
en un mes, lo que tú ganas en un día y trabajan expuestos a tóxicos. O por
ejemplo, el móvil con el que llamas a tus
colegas, y que usas a diario para cualquier cosa, lleva coltán en alguno de sus
componentes. Y este coltán, lo haya
sacado un niño de 10 años que trabaja en alguna mina perdida de la República Democrática del Congo, o Sierra Leona.
¿Y ESTOS NIÑOS QUÉ?
O ACASO... ¿NO SON MINEROS?
O ACASO... ¿NO SON MINEROS?
Ah, no… que estos no son ni mineros, ni
sindicalistas; pero te caen mejor los mineros por heroicos, que lo son… porque
los has visto liarla parda por TV. Pero el chaval que saca coltán, también es
minero y no lleva casco, ni canta el himno de los mineros, que tanto emociona,
ni tampoco monta barricadas. ¿Te das cuenta? Todos estamos conectados en esta
pirámide alimenticia, llamada sociedad de clases. Y el que está arriba del
todo, especulando en los mercados y jodiéndonos la vida, no nos ve la cara,
porque no salimos por la TV. De igual forma, que tú tampoco le ves la cara al
congoleño de la mina de coltán, que hace
que tu puto móvil funcione... y el mío también. Hablamos de supervivencia, de
devorar o ser devorado. Normalmente, pensamos en llegar arriba, en pedir
justicia social, en querer dar el salto para que haya igualdad de derechos, en
mejorar la calidad de vida… en consumir a fin de cuentas, antes que en
producir, o mirar hacia abajo ¿hay alguien ahí?
Pero claro ¿esto quién lo paga? ¿quién lo sufre? Si pensabas que
estabas abajo del todo en la pirámide, ya has visto que no es así. La pirámide
alimenticia, no entiende de justicia social. Ni el de arriba te entiende a ti,
ni tú entiendes al de abajo. Si el de arriba no está dispuesto a renunciar a
seguir viviendo a tu costa como depredador y no negocia… Te pregunto, si tú
también estarías dispuesto a renunciar a tu bienestar, para que el que está por
debajo de ti, al que tampoco le ves la cara, viva mejor y en mejores
condiciones. Pero si el de abajo que indirectamente trabaja para ti y produce
para ti, deja de hacerlo ¿entonces de qué vive? Ahora mira de nuevo arriba y
pregúntate ¿de qué vives tú? Animalitos somos, depredadores y presas no negocian.
Si de verdad estás interesado en ese algo más, que nadie se atreve
a publicar por miedo a que le cierren la editorial,
nuestras publicaciones desde la primera hasta la última, se meten por completo
en todo aquello
que te quita el sueño sin pelos en la lengua y al detalle. Somos completamente independientes y no nos vamos a callar, vamos a seguir trabajando para contarte lo
que quieres saber y no conviene que sepas ¿Sabes una
cosa? Se puede… ¡claro que se
puede!